Hace unos días vio la luz una noticia que mucho tiene que ver con la destrucción de ficheros con datos de carácter personal. Concretamente, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), ha sancionado a Instituciones Penitenciarias por el abandono de ficheros con datos personales de los reclusos en una antigua cárcel de Huelva.
Esta cárcel se cerró en el año 2008 y hoy en día el edificio está en total estado de abandono. Al parecer, por el suelo de algunas de las estancias de la prisión se encontraron numerosos documentos con datos e informes sobre reclusos. La AEPD ha estipulado que se trata de una falta grave.
La investigación sobre este caso parte del pasado mes de febrero, cuando la Agencia decide actuar de oficio para solventar el asunto. Tras realizar las pesquisas pertinentes y comprobar la gravedad del asunto, se ha impuesto una sanción a Instituciones Penitenciarias para que no vuelva a suceder un hecho de estas características. No obstante, cabe destacar que la AEPD no impone sanción económica a las administraciones públicas. Por lo tanto, es meramente una llamada de atención.
Pese a que Instituciones Penitenciarias no esté obligada a hacer frente al pago de una multa económica, no ocurriría lo mismo si la sanción hubiera sido interpuesta a una empresa privada. Por lo tanto, nos parece importante y necesario resaltar la importancia de la destrucción de ficheros con datos personales antiguos.
La LOPD sobre la destrucción de ficheros
La Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal es clara frente a este punto. Todos los ficheros, de cualquier soporte, que contengan datos de personas deben de ser destruidos de forma eficaz. Es decir, resulta primordial que la información sea irrecuperable.
En este sentido, la LOPD establece diferentes tipos de ficheros, concretamente 6. Entre ellos destacan los documentos en papel, en soportes ópticos, soportes magnéticos o electrónicos.
En el caso de los documentos en papel, como los encontrados en la cárcel onubense, deben de ser perfectamente destruidos. Para ello, las trituradoras de papel son una buena herramienta. Aunque en caso de necesitar eliminar cantidades ingentes de documentos, recurrir a empresas específicas para ello es una buena solución. La quema de papeles nos parece una opción poco práctica y peligrosa, por lo que nosotros la desaconsejamos.
Si estamos ante CDs con datos, DVDs, discos duros, USBs, etc. Es importante realizar un borrado de información. No obstante, en el caso de que esto no sea posible, habrá que inutilizar los dispositivos. Un martillo es una buena herramienta para lograrlo.
El objetivo principal es evitar que un tercero pueda tener acceso a la información personal almacenada en cualquier tipo de soporte. Y, obviamente, evitar las posibles sanciones por parte de la Agencia Española de Protección de Datos.